CÓMO QUITAR UNA CALCOMANÍA
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Aplicar calor: usa un secador de pelo o una pistola de calor a baja temperatura para calentar la calcomanía. Sosténla a unos centímetros de la superficie y muévela para calentar toda la calcomanía de manera uniforme. El calor ablanda el adhesivo, lo que facilita su desprendimiento.
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Quitar la calcomanía: comenzando por un borde, levante suavemente la calcomanía con la uña o un raspador de plástico (como una tarjeta de crédito). Despega lentamente la calcomanía de la superficie. Hazlo lentamente para evitar rasgar la calcomanía y asegurarte de que se desprenda la mayor cantidad posible de adhesivo.
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Quitar cualquier resto de adhesivo: si quedan restos de adhesivo, aplique alcohol isopropílico o un removedor de adhesivo en un paño suave o una toalla de papel y frote suavemente la zona hasta que el adhesivo se disuelva. Asegúrese de probar primero en una zona pequeña para asegurarse de que la solución no dañe la superficie.
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Limpie la superficie: una vez que se hayan quitado la calcomanía y el adhesivo, limpie la superficie con agua y jabón suave o un limpiador apropiado para superficies para eliminar cualquier residuo restante y restaurar la superficie a su estado original.
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Seque el área: Seque el área con un paño suave o déjela secar al aire.
Consejos:
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Para vidrio o superficies metálicas lisas: se puede utilizar una hoja de afeitar para levantar el borde de la calcomanía, pero tenga cuidado de no rayar la superficie.
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Para adhesivo rebelde: vuelva a aplicar calor y continúe frotando con un paño y removedor de adhesivo hasta eliminarlo por completo.
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Evite los productos químicos agresivos: al retirar calcomanías de superficies pintadas, evite los solventes fuertes que podrían dañar la pintura.